martes, 4 de abril de 2017

La resistencia del erotismo al poder y el sometimiento político del deseo.



El poder que ejerce la política por medio de leyes – y por política entendemos todas las instituciones que ejercen poder sobre las masas- no se ejerce directamente sobre la vida de los individuos, pero sí crea un escenario en el que estos quedan relegados a las paredes en las que pueden ejercer su derecho amplio al erotismo y a la sexualidad. Un escenario en el que el deseo es empujado a lo privado y se califica dentro de este como “lo íntimo”.

Pardo en “La intimidad” nos da un indicio de las implicaciones sociales que podría tener esta esfera íntima en el concepto que tenemos de nuestra sociedad:
“Los confidentes (como los confesantes) nunca dicen la verdad acerca de sí mismos (y eso, la verdad acerca de sí mismo, es precisamente la intimidad)”.
Siendo lo oculto “la verdad acerca de sí mismo[s]” y la sociedad lo que creeríamos o nuestra base inapelable, o el reflejo de todas nuestras apelaciones, nos encontraríamos inmersos en un problema social de identidad que nos encuadra en una lucha contra lo que no conocemos y desde lo que creemos saber de nosotros mismos.
Así, ejemplos como la liberación sexual, la emancipación de la mujer, entre otros, nos sitúan en un panorama de lo que sería la lucha de lo íntimo que traspasa los límites de lo privado y construye un discurso en la esfera pública que lo único que logra – fuera de reacciones jurídicas y discursos de aprobación y rechazo- es que ese poco conocimiento que tenemos de nosotros mismos se vaya desvaneciendo al doblar las esquinas de una falsa sociedad, y termine por confundirse con discursos homogéneos sobre la correcta conducta de los individuos, que también traspasan los límites de lo público, de lo privado y se alojan en la esfera íntima.
Tenemos, por ejemplo, el mito de Adonis de la Grecia Antigua, en el que Adonis (hombre griego, hijo de Mirra) por ser el reflejo del deseo sexual femenino y del erotismo, fue asesinado por una jauría de jabalíes enviados por Artemisa. A raíz de esto, las mujeres griegas celebraban una fiesta anual para evocar este mito. Brincaban desnudas en los tejados, plantaban lechugas que luego dejaban secar y se veían envueltas en juegos eróticos y sexuales entre ellas, a ojos de todo público. Los hombres, a regañadientes, aceptaban la celebración y dejaban la ciudad a disposición de las mujeres durante toda esa semana.
Las reacciones ante este mito nos muestran dos cosas: una, que para las mujeres era necesario un escape erótico, y que era indispensable que este fuera público, ya que demostraba a los varones sus fijaciones sexuales y cómo ellas, aun a falta de Adonis, podían verse erotizadas, y dos, que en la astucia del ejercicio político se afloja esporádicamente el lazo de la opresión para luego oprimir mejor, como hicieron los hombres que dejaban la ciudad en manos de las mujeres una semana, para luego regresarlas a la cotidianidad de lo privado y dominarlas sin sobresaltos. Las fiestas de Adonis eran puntos de resistencia política y erótica, instrumentados por las griegas clásicas.
Ahora, en el psicoanálisis freudiano, el deseo sexual se rige por un principio de placer, pero lo importante aquí es resaltar que este deseo se enfrenta a la ley, a los “preceptos del tabú”, a la conciencia moral que define lo que está bien y lo que está mal, lo que debe ser y lo que no debe ser; por eso, para Freud, entre deseos inconscientes y prohibiciones sociales, la sexualidad, cargada de erotismo, es necesaria dentro de la brecha de prohibición y aumento de deseo.
                                                                                                                            
El dominio de este principio de realidad sobre este principio de placer exige restricciones sobre la vida sexual y esto genera un malestar, ya que la sexualidad es tanto fuente vital indispensable como recurso para lograr momentos de profunda alegría. Así, entonces, nace el tabú, en el que la ley y las costumbres establecen limitaciones e imponen una vida sexual idéntica para todos; así, la mayoría de las satisfacciones sexuales son prohibidas como perversiones, y según Freud, como solo los individuos débiles se someten a tales leyes de legitimación de la sexualidad, las transgresiones son inevitables. Ahí encontramos otra expresión de resistencia del erotismo al poder que lo somete, ahora desde la esfera íntima.
Llegando entonces al concepto de dominación política y relacionando este con el de dominación sexual, nos encontramos algo que Nietzsche llamaría el “eterno retorno” aplicado a este campo: el principio de dominación-rebelión-dominación, que se puede evidenciar tanto en la visibilización de la sexualidad, como en cualquier efecto político que pueda tener una respuesta popular. A esta respuesta, Marcuse la llamaría “principio de actuación”, la cual exige una conducta de acuerdo con el orden moral establecido, y se plantea en una relación entre el “superyó social” freudiano y la teoría marxista de alienación:

Los hombres no viven sus propias vidas, sino que realizan funciones preestablecidas… La libido es desviada para que actúe de una manera socialmente útil, dentro de la cual el individuo trabaja para sí mismo solo en tanto que trabaja para el aparato, y está comprometido en actividades que por lo general no coinciden con sus propias facultades y deseos.

Bajo el principio de actuación, el individuo es libre de vivir su represión como su propia vida: desea lo que se supone que debe desear, sus satisfacciones son provechosas, es racional y puede llegar a ser feliz. Aquí, vemos cómo hay una organización excesivamente represiva de la sexualidad desde la política; el hecho de mantener núcleos familiares monogámicos que están organizados en torno a la procreación, aun cuando sus instintos sexuales fueron desplazados y llevados al límite de la desexualización.

Considero que, basados en esto, y con mucho aún por decir, se puede concluir que el dominio político de la sexualidad ha llevado a la erotización a desaparecer paulatinamente, y se ha utilizado su fantasma como excusa para mantener una sexualidad instrumental que lejos de ser un fin en sí misma, sirve para el sostenimiento de una sociedad represiva, que en lugar de haber evolucionado un cimiento erótico por dar tiempo al placer y al ocio, se ha erigido como el apoyo fundamental para un orden cada vez más irracional y desexualizado.


En el sistema capitalista de dominación, no existe una liberación sexual, solamente un proceso de satisfacción controlada que entre más desinhibido es, menos potencia rebelde tiene contra lo establecido, y por eso entre más prácticas sexuales se hagan visibles, y más se luche por ellas obteniendo un mínimo de espacio dentro del orden social, más inofensivas serán, y menos nos van a servir como instrumento para el complejo conocimiento de nosotros mismos. 

martes, 21 de julio de 2015

Con los ojos cerrados

Bitácora de un abuso sexual

Manejaba en la noche intentando ser cielo
vagabunda, sin rumbo, sin pensar en la anclada
Lo que yo no sabía es que era el anzuelo
a caer en la trampa esa noche estrellada.

Fue una noche callada, de tranquila no tanto
Yo viajaba detrás de una luna amarilla
¿Cuánto tiempo tardó en secarse mi llanto
cuánto tiempo el pudor se quedó de rodillas?

Con los ojos cerrados sentía el deseo
de los cuatro que entonces bajaban mi braga
se reían, malditos, sin ningún titubeo capitanes, sin duda, de una básica draga

Me decían: ¡Qué rico, tan mojada y caliente
por aquí sí le entra, aunque se ponga brava
Como está de furiosa, quien la ve tan valiente
y está igual disfrutando, está tan excitada!

Navegaban impunes por mis lagos ya secos
mientras por la mejilla el dolor me rodaba
del silenciado grito no escuchaba ni el eco
Y después repetía: ¡Yo no estaba mojada!

Apagaron cigarros en los mismos lugares
como escuché alguno: pa' tenerla encendida
dibujaron tragedias, no sé cuántos lunares
y perdieron su tiempo, porque ya no sentía.

Acabaron felices, me dejaron tirada
Así mismo mis ojos cerrados seguían
como el tiempo no para, llegó la madrugada
Y mis ojos cerrados están, todavía

lunes, 20 de julio de 2015

A propósito del día de la Independencia, Carta al Presidente.

Excelente señoría:
permítame presentarme
mi nombre es Jacinto Pérez
un montañero de Guarne
de Guarne Antioquia,¿recuerda?

Una tierra grande y bella
que recorrió emocionado
prometiendo y presagiando
y que ahora ya ha olvidado

Donde hay una ciudad grande
rodeada por los contornos
por imponentes montañas
que cuidan un valle hermoso.

Donde otrora viejos fuertes
forjaron un pueblo honroso
que se entregó a los quehaceres
con sentimiento gustoso
para donar a sus hijos
a sus nietos y a su pueblo
un linaje poderoso.

¿Se encuentra usted ya ubicado?
¿sabe donde está mi pueblo?
es Antioquia su excelencia.
Antioquia, Antioquia la grande.
Antioquia, antioquia la fuerte.
Antioquia, antioquia la que trabaja.

La que produce y comparte
pero que también comprende
que se están aprovechando
y que no se lo merece.

Antioquia la que da todo:
Pan, abrigo, luz y gente.
Gente que aunque sea muy pobre
siempre, siempre la defiende.

Por eso quise escribirle
para que usted se entere
que este pueblo está cansado
de usted señor presidente
de usted y su centralismo
de usted y toda su gente

Y no se extrañe si un día
cuando usted menos lo piense
este pueblo se alborote

Porque un Antioqueño es noble
pero también es valiente
y puede que aguante mucho
pero puede que reviente

Y en cualquier parte del mundo
si hay un antioqueño ausente
él responde por su pueblo
por su pueblo y por su gente.

¿Pa' que infiernos habla tanto
prometiendo desarrollo?
¿O es que acaso usted no sabe
que la patria está revuelta?.

Pa' que nos promete apoyo
si ni siquiera usted puede
controlar las bellacadas
que todos los días cometen
los mismos representantes
de su exquisito paquete

Y quien sabe si usted mismo
no estará patrocinando
tantas incomodidades
quizque lo incomodan tanto.

No hable tanto y haga un poco
que el pueblo ya no le cree
no se asfixie en los discursos
que palabras van y vienen
mas sin conmover a nadie
porque el pueblo ya no cree

Ya ha crecido, ya comprende
que la panela está cara
que la carne ya no vuelve
que azucar no se consigue
que el patrón bota si quiere
a cualquier pobre bastardo
porque la gana le viene.

Y usted sigue pregonando
que Colombia es grande y fuerte
que tenemos buena fama
que el pueblo lucha y aprende.

¡Ah bueno tenerlo cerca
para decirle de frente
Que deje de hablar bobadas
que el pueblo ya no le cree!

Para invitarlo a mi casa
invitarlo a que se quede
pa' que coma la aguamasa
la coma y la saboree

Pa' que lo piquen los bichos
cuando de noche se acueste
en el suelo frío y fuerte
donde se acuestan mis hijos

Que serán según sus dichos
la esperanza más latente
de un pueblo que ha de ser grande
si antes no desaparece.

Y eso que Dios es muy bueno
y de bruto nadie se muere
porque todos mis hermanos
brutos nacen y perecen.

Y eso que dizque hay escuelas
proyectadas en su mente
con todos sus presupuestos
sus planes y sus enseres.

¡Deje de hablarnos mentiras
por Dios señor Presidente!
Que la plata no le alcanza
ni pa pagarle a la gente
que trabaja en las escuelas
enseñando diligente.

¡Ah bueno tenerlo cerca
para decirle de frente
Que mi pueblo no lo quiere
porque usted siempre le miente!

Colombia, una pieza digna de atención | Las2Orillas.CO

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